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Un abrazo enorme, 
Marga Alhambra




CARTA DE LA ANSIEDAD. DESTINATARIO TÚ.


HOLA,
Soy la ansiedad, no te asustes… vengo en son de paz, por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia? Digo, sé que te sientes fatal cada vez que aparezco, que te desesperas y quisieras mandarme muy lejos, sé que si pudieras… me matarías, sobre todo porque crees que soy yo la que te quiere matar o hacer daño, pero créeme, si no te he matado, no lo voy a hacer.

No estoy aquí para hacerte daño, mucho menos para volverte loc@, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a tu cuerpo, me angustio y te asusto, pero al final del día… no te he matado, no te has vuelto loc@. Algunas veces lo he pensado, pero esa no es mi meta contigo.

La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no había logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupad@ tratando de ser exitos@, productiv@ y de demostrar a los demás que eres dign@ de ser amado, de hacerle a los demás aquello que no te haces tú… que no escuchabas mis pequeñas señales.

¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio algunas noches? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar? Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con tu misma manera de pensar… Entonces intenté algo más fuerte, hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oídos y que te sudaran las manos… pero tampoco me quisiste escuchar.

Aquí hablando sinceramente, los dos sabemos que sentías mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquil@… o era momento de estar sól@ contigo mism@, en soledad… te empezabas a poner nervios@, como si algo te impidiera quedarte quiet@. Te desesperabas, porque no “entendías” con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.

Así es que por eso me he rendido y decidí escribirte. Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí como huirías del monstruo en el bosque oscuro. Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta.
O qué tal, de esas veces que con un par de cubatas o rayas logras adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras sustancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.

Pero bueno, espero que ahora estés list@ para enfrentar tu realidad y escucharme por fin. Espero que estés list@ para enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos… sin pretensiones.

Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que… ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay otra. Necesitas crear cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes plen@. Por eso yo estoy aquí, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.

Estoy aquí para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegría y con tu verdadero ser que es tu esencia. Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque por ti mism@ no te has dado cuenta que no estás siendo plen@ y feliz, o estás dejando de darte lo que necesitas, así es que si vuelvo a aparecer, no te asustes… mejor agradéceme que llegué y escúchame. Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente quieres sentirte acompañado de nuevo, todo depende de cuanto quieras. Yo se que sí quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu confort y en tu comodidad por vivir con lo “conocido”, aunque eso conocido te haga daño.

Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras personas menos en ti; prefieres que los demás sean responsables de tu persona más que tú mismo, y claro, te entiendo, todos alguna vez hemos querido  regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.

Necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré. Solamente tú puedes hacer que me vaya. Y eso es algo muy importante que te quiero decir, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuest@ a crecer y recuperarte a ti mism@. Mientras no lo hagas… aquí seguiré.

En conclusión, si hoy estoy aquí, es porque me necesitas. Necesitas de mi para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada. Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior. Y sobre todo, necesitas de mí para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mism@, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás. Necesitas de mí para ponerle límites a las personas que te lastiman; para que te llenes de valor y aprendas a decir que “no”; para que dejes de mendigar amor a quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas… ¡cuides tu cuerpo!

¿De qué otra manera le habrías puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando. Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas.

¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo porque lo haces… si lo tienes todo, lo eres todo, tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu propia realidad, pero te tratas como tu propi@ esclav@, eres demasiado sever@ contigo mism@… y estoy aquí para pedirte que simplemente dejes de hacerlo.

Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el timón de ti mism@, pregúntate qué has hecho que te has sacado de tu equilibrio interior. Pregúntate realmente cómo quieres vivir y lucha por esa vida, es tu vida, y solamente tú puedes decidir sobre ella… si a los demás no les parece, es porque los estás retando y tarde o temprano te seguirán, y si no… tendrán otra oportunidad, dales su tiempo.

El único control que puedes tomar es el de ti mism@, pero para recuperarlo, tendrás que aceptar que lo has perdido, y que dejes que yo me exprese, que salga a decirte con todos esos síntomas tan horribles que me inventé para decirte algo muy claro, pero si me reprimes y te distraes cada vez que llego… no podré hablarte y vendré más fuerte. Así es que la próxima vez que me sientas llegar, haz un alto, cierra los ojos… déjate sentir todo lo que te estoy diciendo, apaga tu mente racional por un momento, déjate llevar… y entiéndeme. Después, empieza el cambio en tu vida con acciones claras y específicas, y en menos de que te des cuenta, me iré.

Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago… recuerda que no quiero lastimarte, quiero ayudarte a que recuperes tu propio camino de evolución, el camino que si lo tomas, te hará mucho más feliz.

Y ya para terminar, ojalá que puedas verme como lo que soy: tú esencia. Soy tú mism@ gritándote con desesperación que me escuches por favor. Así es que hola, yo soy tú, hablándote desde el fondo de tu corazón, desesperad@ tocándolo para que me pongas atención, lo que sientes no es taquicardia, soy yo, tu esencia, que quiere salir de ahí.

APRENDER A SER FELIZ

   Muchos sabios afirman que ser feliz es una decisión, y en parte es así. A menudo nos ahogamos por problemas que no lo son tanto, nos dejamos llevar por la angustia y el pesimismo, y no vemos las cosas buenas. La solución está en observarnos a nosotros mismos ante todo tipo de situación, desde la más cotidiana a la más conflictiva, y así cambiar nuestra reacción y comportamiento.

   Nuestra parte emocional y nuestra parte irracional están conectadas de tal forma que las emociones tienen mayor influencia sobre la razón que en el caso contrario. Por eso nos es tan complicado controlar nuestros pensamientos y emociones. Si nos hacen un comentario que no nos gusta, enseguida aparece el malestar sin que le hayamos dado permiso.

   La clave para ser feliz está en restarle importancia a las cosas. Debemos relajarnos y ser más "pasotas".

ESCUCHAR NUESTRO INTERIOR

   Cuando nuestras palabras no acompañan a nuestros sentimientos, nuestro dialogo interior no es claro. No estamos siendo sinceros con nosotros ni con los demás. Esto, a menudo se debe a varias causas:

- Es difícil mirar hacia nuestro interior. Nos dejamos llevar por una sociedad consumista que nos ha enseñado a mirar hacia fuera, en lugar de centrarnos en nosotros y en lo que necesitamos.

- Huimos de nuestros miedos mirando hacia afuera.

- Dedicamos poco tiempo a la reflexión y al dialogo.

- Nos preocupamos demasiado por lo que opinen los demás. De esta forma dejamos de lado lo que de verdad queremos por miedo al rechazo.

   Al tomar decisiones importantes, muchas veces hacemos lo contrario a lo que sentimos, ya sea por vergüenza, por aparentar lo que no somos o por miedo a ofender. Para evitar esto, es importante parar y escuchar nuestros miedos y nuestro corazón.

   Ser sincero con uno mismo es una liberación, dejamos de ser alguien que no somos y tomamos consciencia de nuestra belleza y valía. Así, nuestras decisiones serán coherentes con nuestros valores.




PÉRDIDA DE LA ILUSIÓN

    Hace tiempo que término como ilusión, alegría o entusiasmo han ido desapareciendo de nuestro día a día. Y parece que, en épocas de crisis como la que estamos viviendo, es lo normal. Es cierto que cuando uno está pasando una mala racha, parece que el optimismo no tiene lugar en nuestra vida, pero no hay que dejarse llevar por un solo sentimiento.

   Se puede pensar que de qué sirve tanto entusiasmo cuando la cosas no marcha bien. Es en esos momentos cuando más falta hace. Si nos mantenemos en un pensamiento fatalista, puede repercutir negativamente en nuestra vida, ya sea a la hora de relacionarnos, de llevar a cabo un proyecto o incluso en nuestra salud. Por el contrario, si pensamos de forma positiva, los efectos también lo serán. Esto no quiere decir que no podamos desanimarnos, es algo normal que forma parte del ser humano. Lo peligroso es caer en él durante un prolongado periodo de tiempo.

  Todos estos sentimientos no dependen sólo de factores externos, nuestra mente es capaz de manejarlos. Debemos aprender a bloquear los malos pensamientos y quedarnos con lo positivo. Centrarnos en el momento y en lo que nos rodea, apreciando las pequeñas cosas, será el mejor remedio ante los mensajes pesimistas.


PENSAMIENTOS EN REDONDO

  "Darle vueltas una y otra vez a nuestros problemas nos hace más vulnerables a la ansiedad y la depresión".  

  Si bien  cierta dosis de reflexión tiene consecuencias positivas para nuestra calidad de vida, ofuscarnos en nuestros pensamientos es contraproducente para nuestra salud mental. La introspección obsesiva es la antesala de la ansiedad y las depresiones, según los resultados de este estudio.  

  El informe fue elaborado por BBC, en colaboración con psicólogos de la Universidad de Liverpool. Revela que dedicar mucho tiempo a rumiar nuestros problemas es un camino directo a la ansiedad y la depresión, las patologías mentales más comunes en Reino Unido, según la organización Mental Health Foundation. Los profesionales de la salud ya coincidían en que darle demasiadas vueltas a los problemas no nos acerca a su solución. Esta nueva investigación llega a asegurar que es mayor el impacto psicológico del pensamiento compulsivo que el del propio problema que creemos estar resolviendo.


                                         




  Un total de 32.827 personas de 172 países participaron en el test. "Hemos descubierto que los individuos que no rumian sus problemas ni se culpan por las experiencias negativas de su vida tienen niveles de depresión mucho menores que las que sí lo hacen", aseguró Peter Kinderman, el profesor de psicología clínica que lideró el estudio.

  La mente humana es una máquina compleja y existe consenso en que no hay una única causa para la depresión y la ansiedad. Eso sí, algunos factores tienen más impacto que otros.

  El estudio mostró que los traumas que más inciden en el desarrollo de una depresión son el abuso sexual o haber sufrido de acoso escolar o "bullying" durante la adolescencia. Le siguen los problemas familiares, la educación, el salario las relaciones personales, estatus y la inclusión social. "Pero estos traumas por sí mismos no fueron la única causa", dice Kinderman. Entre los agentes que agravan esos problemas, RUMIAR se mostró MAS nocivo que AUTOCULPARSE.

  ¿Cuál es el impacto de los problemas mentales en el mundo?

  Una de cada cuatro personas sufren algún trastorno mental durante su vida. Es una de las principales causas de discapacidad a nivel global de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud. Sólo en 2010 las enfermedades mentales tuvieron un coste mundial de US $ 2.5 billones, según el Foro económico mundial.

 Los psicólogos han llegado a calificar esta manía de magnificar nuestros problemas reproduciéndolos una y otra vez como una enfermedad mental "silenciosa". Su impacto en nuestra salud es frecuentemente subestimado, pero juega un papel en casi cualquier problema mental, desde el trastorno obsesivo compulsivo a los trastornos de la alimentación.

   Un mensaje positivo

  Entonces, ¿cuál es la importancia de esta investigación para personas con problemas mentales? "Es obvio que es sólo un estudio, pero yo creo que nuestra contribución es muy significativa", dice Kinderman

  "Es muy duro escuchar que tus problemas están causados por algo que sucedió en el pasado y no puede ser cambiado. Sin embargo, la manera en que piensas sobre ellos es algo que los pacientes pueden controlar", comenta Pontin.

  "Ayudar a alguien a afrontar sus procesos de negatividad no es una tarea única de los psicólogos. No siempre es necesario que los pacientes se sometan a un proceso psicológico muy caro. Otros profesionales de la salud pueden ser entrenados para ofrecer a sus pacientes trucos psicológicos y técnicas que ayuden a cortar la espiral de negatividad", dice Clow.

ZONA DE CONFORT


     Cuando se nos habla de la Zona de Confort, se nos está hablando de hábitos, de costumbres. Dice el refrán “el ser humano es un animal de costumbres” y así es, cuando llevamos la vida de una manera determinada, no conocemos otra forma de estar en la vida con nuestros asuntos y nuestra manera de hacer nos parece hasta el momento la “mejor” en tanto y cuanto no sabemos estar de otra forma y en principio, no nos lo planteamos.

     ¿Cuándo hablar entonces de la Zona de Confort? Hablamos de la Zona de Confort en el instante mismo en el que nos empieza a incomodar lo que hacemos, no nos sentimos a gusto con nosotros y empezamos a plantearnos nuestra manera de estar en la vida.

     Empezamos a salir de Nuestra Zona de Confort, en el momento en el que nos empezamos a cuestionar que es lo que queremos, lo que nos gusta  y si estamos donde deseamos en nuestra vida. Por lo tanto el primer paso de cambio en nuestra Zona de Confort se da cuando empezamos a sentir cierta incomodidad haciendo lo que siempre hemos hecho.

     Cuando tenemos problemas y no sabemos salir de nuestra Zona de Confort, de nuestra  manera de estar en la vida que nos genera insatisfacción, es importante acercarnos a nosotros mismos con mucho cuidado y mirar en el fondo de nuestras emociones, descubriremos un lugar donde habita nuestro NIÑO INTERNO y cuando lo podamos observar con cuidado podremos ver su miedo tan tan antiguo, pero un miedo tan fuerte como el de un niño desvalido que no se atreve a explorar.

     Date tiempo para observar a tu niño interno y proponte acompañarlo con mimo a descubrir nuevos horizontes, nuevas formas de hacer las pequeñas  cosas de tu vida.
Feliz descubrimiento!!!