
La tristeza es una de las emociones conocidas cómo básicas. Si te das el permiso de sentirla, ponerle nombre y acompañarla podrás experimentar sensaciones corporales diferentes antes y después del llanto. Antes sientes la tensión en el pecho, garganta y cabeza, después del llanto se produce la liberación muscular y se distiende el pecho y la garganta, la vida se vuelve a ver con claridad y te sientes más relajado o relajada.